A finales de 1956 el periodista argentino Rodolfo Walsh se cruzó por casualidad en un bar de La Ciudad de la Plata con la historia de su vida: “hay un fusilado que vive”. Tirando de este hilo Walsh habló con siete fusilados supervivientes y descubrió con una trama de crimen organizado protegida por el Gobierno a lo largo de una investigación clandestina que duró hasta marzo de 1957. Rodolfo Walsh se sirvió de las plataformas de publicación online, de Twitter, de su smartphone y de numerosas aplicaciones de la Red para contarlo.
Así es como ve la historia Álvaro Liuzzi en “Proyecto Walsh”, un experimento periodístico que intenta mezclar la obra de investigación Operación Masacre de Rodolfo Walsh con las herramientas digitales de publicación, es decir, contar la obra de Walsh como se podría haber contado en nuestros días. La motivación de este proyecto, explica Liuzzi, es “principalmente una profunda admiración por el trabajo de Rodolfo Walsh y las ganas de experimentar con los nuevos lenguajes periodísticos”.
Básicamente, se busca la respuesta a esta pregunta: “¿Qué hubiese sucedido si para la investigación de Operación Masacre, Rodolfo Walsh hubiese contado con las herramientas digitales que poseemos hoy los periodistas?”, aunque Liuzzi añade otro objetivo más: “realizar un proyecto periodístico movilizador y divertido que logre homenajear a Walsh”.
De momento, la investigación de Rodolfo Walsh ya está arrancando y ya está aprovechando las posibilidades que le da internet. En su cuenta de Twitter da a conocer sus avances en la investigación “respetando los tiempos originales de publicación que Rodolfo mantuvo durante los años 1956 y 1957”, comenta Liuzzi.
La comunidad de Twitter ha acogido con interés el proyecto y parece que lo entiende. Explica Álvaro Liuzzi que “por suerte, los usuarios de Twitter que siguen la cuenta
@rodolfowalsh entendieron el aspecto lúdico del proyecto, interactúan con Rodolfo, pero no le adelantan datos que él mismo descubrirá dentro de algunos meses”. Asegura que es fundamental entender que Rodolfo está tuiteando desde el año 1956 para que el proyecto funcione.
Twitter es solo el primer paso de lo que será finalmente ‘Proyecto Walsh’. Comenta Liuzzi que además de una plataforma de publicación online, Rodolfo Walsh se servirá en esta historia de herramientas de geolocalización que marquen el recorrido del proyecto, líneas de tiempo interactivas, Facebook o un smartphone.
Es una interesante reflexión sobre el desarrollo que podrían haber tenido algunos de los casos de investigación más importantes de haberse realizado en nuestros días. En su blog, Álvaro Liuzzi plantea que Walsh no habría tenido que perder el tiempo buscando un medio que se arriesgase a publicar su trabajo, porque un blog le habría resuelto esto. También podría haber fotografiado y corroborado cada prueba con un teléfono 3G, o haber rastreado a los fusilados con Facebook.
Liuzzi no se aventura a predecir cuál será el resultado de este proyecto, porque muchas de las herramientas todavía no están en marcha. Por el momento, cree que prosigue “a paso lento, pero firme” y que “lo bueno será ir descubriendo las posibilidades según avance, tal como le sucedió a Walsh cuando iniciaba la investigación”.
vía: 233grados